viernes, 11 de marzo de 2011

Restaurante Carolo

Caja de Pandora
11 de Marzo de 2010

Según la Organización Mundial de la Salud, el 10% de la población mundial sufre algún grado de o tipo de discapacidad.

El 80% vive en países pobres y generalmente no reciben ningún tipo de rehabilitación y mucho menos preparación para llevar a cabo un trabajo.

En México, según estadísticas oficiales, casi el 3% de la población sufre alguna discapacidad y afortunadamente existen empresas socialmente responsables que están ayudando a este sector de la población ofreciéndoles un empleo digno.

Una de estas empresas es el restaurante Carolo, quienes a través de su panadería han empleado a personas discapacitadas.

La historia comenzó con el nacimiento de Carlos, quien a pesar de padecer Síndrome de Down, desde pequeño demostró tener mucha determinación para cumplir sus objetivos.

Cuando él tenía 25 años, su familia comenzó a pensar en la posibilidad de que tuviera un trabajo que lo hiciera sentir útil e independiente.

Así fue como pensaron que era bueno que comenzara a capacitarse en varias áreas, incluyendo la laboral.

Acudió a Cadi y ahí se capacitó durante 3 años junto a su amigo de toda la vida Pepe Cohen, en el oficio de Panadería.

El trabajo manual con la masa y el horneado les gustaba mucho, así que su futuro se encaminó en esa área y comenzó el negocio de Carolo al principio como una Pandería y tienda en Bosques de las Lomas en 2007.

Carlos y a Pepe están integrados desde entonces en esa área y participan en la elaboración de pan, pasteles y otros productos que se vende en la misma unidad de negocio y fuera de ella.
Las personas con síndrome de Down suelen ser disciplinadas y capaces de aprender algunos oficios como ayudantes de cocina, de panadería, jardinería y más.

Generalmente requieren de supervisión constante, pero en general, una vez que aprenden la metodología del trabajo, logran llevarlo a cabo sin ningún problema.

Lo más recomendable es que se capaciten en un lugar especializado para personas con discapacidad.

En 2008 abrieron su restaurante en ese mi mismo lugar y en febrero de este año decidieron crecer y no sólo buscaron una nueva ubicación, sino que renovaron su imagen y optaron por un concepto más definido.

Su nueva ubicación es el Plaza Carso, en Polanco, a unos metros del Museo Soumaya.

En este Restaurante buscan hacer un homenaje los mejores productos gastronómicos del mundo.

La cocina está liderada por el chef Marco de la O, quien ha buscado opciones creativas para plasmar la identidad de diversas culturas culinarias del mundo.

Para ello ha tratado de respetar el sabor puro de cada producto que usa.

En la carta sobresalen los aceites puros de origen, verduras frescas, mariscos, carnes, pastas, panqués, helados de casa, gran variedad de pan y en general, sensaciones sutiles y delicadas.

Otro punto a destacar del restaurante Carolo es su compromiso social al integrar a personas con discapacidades diferentes en su equipo de trabajo.

LA HISTORIA DEL PAN

El pan, ha sido una de las principales formas de alimentarse para el hombre desde los tiempos más remotos.

Esto convierte al negocio de las panaderías, en uno de los más antiguos del mundo.

Los panes y los bollos se han encontrado incluso en las antiguas tumbas egipcias.

En el Museo Británico de Egipto se puede ver en las galerías que se ha horneado pan hace más de 5 mil años.

El mismo pan fermentado se menciona de hecho en la Biblia muchas veces.

Los antiguos griegos y romanos conocían al pan como un alimento básico y si vamos más atrás en el tiempo, en la Edad de Piedra, la gente realizaba sólidas tortas de cebada y trigo triturados.

El molino de maíz más antiguo que se ha encontrado data de hace unos 7 mil 500 años.

Al principio, la actividad artesanal de la panadería recayó en las mujeres, sin embargo en la época de los reyes, príncipes y las grandes familias aristocráticas, la panadería se convirtió en un deber de maestros especializados.

En Roma se formó el primer Gremio de Panaderos alrededor del año 168 A.C. y desde entonces la industria comenzó a formarse como profesión.

Los panaderos de Roma eran los únicos artesanos libres, el resto de los oficios era realizado por los esclavos.

A los griegos y los romanos les gustaba el pan blanco y algunos panaderos amasaban la harina con agua de mar para guardarse el precio de la sal.

Se considera que los mejores panaderos del mundo antiguo fueron los fenicios y la mejor formulación del pan era de Capadocia.

LOS PANES DEL MUNDO

EUROPA, DE NORTE A SUR: Mientras que en Francia se opta por la harina de Trigo tierno para confeccionar la mayoría de sus panes, en los países del norte de Europa prefieren la harina de centeno.

En Alemania, el pan más famoso es el pumpernickel, un pan negro de centeno y a la melaza con una miga muy densa.

En Suecia, los panes de semilla entera copmo cebada, centeno y malta son particularmente populares.

Descendiendo hacia el sur de Europa, se utiliza el aceite de oliva para realizar suculentos panes esponjosos y de distintos sabores.

En Italia, la foccacia, con sal y aceite de oliva y bastante espesa, acompaña todos los platos y se acompaña con hierbas, olivas, etc.

Un poco más al este del Mediterráneo, el pan de pita es el más famosos, es redondo, hueco y se le agrega una gran variedad de rellenos.

LAS VARIEDADES AFRICANAS: En el Magreb se utiliza la sémola de trigo para fabricar el pan.

Allí también se añade a veces aceite de oliva para obtener panes, a menudo planos o poco elevados en forma de torta.

ASIA: Contrariamente a lo que se cree, los pueblos de Asia consumen diariamente pan, además de arroz y tallarines.

El pan de miga es el más consumido, especialmente en Japón donde se utiliza en sándwich o en tostada.

En la India y en sus países vecinos, se encuentra el famoso naan, un pan plano a base de harina de trigo y sin levadura.

Su variante más conocida es el naan al queso, pero también se puede encontrar a las hierbas o a la cebolla.

Otra especialidad es el chapati, una especie de pequeño crepe que sirve para acompañar cualquier tipo de plato.

AMÉRICA LATINA: Los habitantes de América Central consumen desde hace cientos de años principalmente las tortillas de maíz y de trigo.

Sin embargo, es muy popular el pan dulce, a medio camino entre el pan y el brioche.

En América del Sur, se mezclan la herencia colonial y las tradiciones indias: las grandes ciudades tienen panes de tipo europeo pero los pueblos prefieren los panes más rústicos.

En Chile, el pan tradicional es el milcao, a base de patata.

Los mercados bolivianos están llenos de todos los tipos: marraquetas, sarnitas, empeñadas, bollos, sopaipillas, colizas, cuñapés, y otros muchos.

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